
Siento llegar un tiempo tan importante para entablar espacios de reflexión con nuestros hijos.
A nosotros que tanto nos gusta andar en las montañas, beber agua limpia y respirar aire puro en los bosques, tenemos una gran responsabilidad en poder conversar a nuestros niños , que eso es posible gracias a los guardianes y guardianas de la naturaleza que hoy han salido a las calles a levantar su voz para exigir respeto, igualdad y dignidad.

Maternar en estos tiempos me ha permitido contarles y responder sus inquietudes ¿Qué es un paro? ¿Por qué viene desde lejos? ¿ por qué es tan importante la lucha por los derechos y la vida?.
Me doy cuenta que la falta de memoria hace que muchos lleguen a creerse blancos sin aceptar que en nuestras venas les guste o no corre sangre indígena y esa ignorancia da como resultado el racismo y el atrevimiento violento unos contra otros.
Nuestro trabajo constante es con las generaciones de relevo y en ellos hay esperanza sin embargo no podemos hablar de esperanza si no cambiamos de narrativas, hay que ser coherente con lo que hacemos y decimos.

Admiro su fortaleza y valentía por qué muchos dejaron a sus hijos , otros los han traído para defender un mejor porvenir para los nuestros y eso nos compete a todos. La maternidad no difiere del campo o de la cuidad, sentimos las mismas necesidades y queremos un mejor futuro para nuestros wawas y ese sentir es un derecho universal.
Desde nuestros espacios es posible resistir desde le tejido desde la palabra desde la solidaridad desde el amor , desde la reflexión .

